Ética y religión

Durante mucho tiempo se consideró a la moral algo así como el conjunto de conclusiones prácticas de la creencia religiosa, las ordenanzas de la religión. Para un cristiano, la moral no tiene otro auténtico fundamento que la ley de Dios. Todavía en el siglo pasado, Dostoievski hacía decir a uno de los hermanos Karamazov: "Si Dios no existe, todo está permitido". La moral es un freno y una rienda que lo maneja, y está sujeta por el puño de Dios; si falta este Auriga, el animal humano está condenado (¿o autorizado?) a desbocarse. Más adelante, la ética se convierte en la variante laica de la religión, en la religión de los no creyentes. Se mantiene el freno, pero el auriga ha sido interiorizado y viaja dentro de cada cual, en forma de respeto a la Ley.
(Savater, F.: Invitación a la ética)

  • Según Savater qué diferencias existen entre una ética religiosa y otra que no lo es.
  • ¿Por qué es necesario un "freno" para nuestra conducta?