És l'hora de començar a filosofar

No hay más remedio que irse acercando cada vez más a la filosofía –a la filosofía en el sentido más riguroso de la palabra. Hasta ahora fue necesario que los escritores españoles cultivadores de esa ciencia procurasen ocultar la musculatura dialéctica de sus pensamientos filosóficos tejiendo sobre ella una película con color de carne. Era menester seducir hacia los problemas filosóficos con medios líricos. La estratagema no ha sido estéril. Hoy existe en el mundo de habla española un amplio círculo de personas próximas ya a la filosofía. Es, pues, buen tiempo para dar el segundo paso y comenzar a hablar de filosofía filosóficamente. Más, por supuesto, con cautela, y pulgada a pulgada, debe entrarse en el nuevo terreno. Una larga experiencia de cátedra, tribuna e imprenta me ha proporcionado una opinión bastante desfavorable sobre la capacidad filosófica de nuestros pueblos en la época presente. La filosofía sólo puede vivir respirando un aire que se llama rigor mental, precisión, abstracción. Pertenece a la fauna de las grandes altitudes y necesita viento fino de sierras, un poco enrarecido y de gran sutileza. Nietzsche, encaramado en un picacho de la Engandina, con un abismo a sus pies, es sorprendido por la dama turista que le pregunta: “¿Qué hace usted ahí, señor profesor?” A lo que él responde: “¡Ya lo ve usted, señora, cazo pensamientos!”.

José Ortega y Gasset
“Ni vitalismo ni racionalismo; Revista de Occidente, octobre 1924”

Que siguen estes grans paraules d'este gran mestre les que inicien el caminar d'este blog. Que vinguen més paraules que apropen a les persones que entren en ell. Que la paraula (logos) ens puga fer proïsmes, congèneres, companys de camí (plesios).